Como decía, a las 8 nos citamos en el punto habitual y tras tomarnos un activador natural en forma de café, nos dispusimos a darle a los pedales.
El frío de las primeras horas era secundario, ya que la mente estaba en superar el objetivo sin echar pie a tierra, dado que en algunas partes del ascenso al Catí hay bastante piedra suelta y coincide además con las pendientes más duras, si bien es cierto que muchas de éstas están arregladas de hormigón, lo que es de agradecer, ya que mejora sustancialmente el agarre.
Llegamos a buen ritmo a la vecina localidad de Crevillente, y la atravesamos en busca del camino del canal que nos llevaría a pié de ascenso. Pronto se acabarían pues las buenas caras, los comentarios gratuitos y las risas... al menos para algunos de nostros..., para otros en cambio daba la sensación que el Catí y la Vella era su medio natural (no citaré nombres...)
A unos 6 kilómetros de dejar atrás el canal comienza verdaderamente la etapa, con unas pendientes como antes he comentado realmente duras, en especial si como es el caso de que os escribe no ha estado nunca allí y no las conoce, ya que se puede hacer algo largo y desesperante, pero poner pie a tierra no es una opción, no ya por dignidad (que también), sino porque de hacerlo es realmente complicado reanudar la escalada.
Antes de comenzar la parte dura del recorrido Roberto se despide del resto del grupo, pues sus obligaciones paternales le obligaban a ello...el resto sigue afrontando la ascensión tranquilos, pero sin pausa.
Poco a poco los metros iban pasando y a un ritmo tranquilo, sin "volvernos locos" fuimos arañando las piedras y las íbamos dejando atrás, de cuando en cuando girábamos la cabeza a la derecha y veíamos las antenas de Crevillente, punto final de nuestra gesta.
Al cabo de unos 40 minutos de batalla, vencimos al Catí, y llegó la hora de dejarnos lo que nos quedaba en el tramo final de ascenso hasta le Vella (836m), los primeros 3 kilómetros son bastante suaves y por tanto nos sirvieron para recuperar sobretodo a David que se encuentra en un pequeño bache de forma del que parece, eso sí, estar recuperándose, con la compañía de Pascual, Matías y el homenajeado Carli, todo parece realizable.
Finalmente y tras superar el último escollo en forma de 20% de pendiente y unos 700 metros de longitud hicimos cumbre prácticamente de manera simultánea, ya que como decía el compañerismo venció a la competencia.
El regreso a casa tuvo una parada previa en EL LLEÓ, para celebrar los 41 tacos de Carli, cerveza y chuletas se disputaron el protagonismo del copioso almuerzo que terminó a la hora del aperitivo...
Carli a pié del Catí
Matias
Pascual
David en plena ascensión
Carli, Pascual y David a 500 m de coronar la Vella
La Vella conquistada
Carli y su inseparable monosuspensión
David saboreando la cumbre
Pascual como siempre, pasando calor
Pascual, Carli y Matías en el LLeó
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